Esta exposición es el resultado de una evolución reflexiva en mi obra. Tras el giro hacia un estilo más figurativo que presenté hace un año en Valdepepe, he regresado al territorio donde me siento más libre y auténtico: la abstracción. Gracias a Lucía Franco, que me brinda nuevamente la oportunidad de exponer en su galería después de dos años y medio, me propuse el reto de mostrar una propuesta más madura, fruto del tiempo y la experiencia acumulados.
El resultado es una obra más espontánea, en la que conviven distintas líneas de estilo sin perder mi impronta personal. Paisajes coloristas, escenas urbanas, horizontes de tonos vibrantes entrelazados con negros profundos, y mares de colores casi imposibles… una serie de experimentaciones que, afortunadamente, han llegado a buen puerto.




























